Hice la tarea de activar mi escasa memoria e identificar un juguete que me hubiera marcado, algo que fuera realmente significativo; lo primero que vino a la cabeza fue un reloj del tipo transformers que se convertía en avión, era genial. Saber la hora era lo de menos, finalmente cuando eres niño el tiempo es maravillosamente irrelevante, lo increíble era que, gracias a él yo podía alzar vuelo cual superhéroe, los propulsores del avión alzaban mi brazo con impulso nuclear MACH-9, con la mano arriba y el reloj en alto volaba por todo el patio del colegio con la importante misión de comunicar la hora… aunque nadie quisiera saberla, lastimosamente era mi único superpoder.


El contenido de la bolsa eran un sinfín de fichas plásticas rectangulares de color rojo en forma de ladrillos pequeñitos, también había unas fichas blancas más diminutas, un papel verde, unas puertas y varias ventanas, todas las fichas se podían conectar, fue maravilloso. Realmente se trataba de un Estralandia incompleto que aún nadie sabe cómo llegó a la familia… por ahí dicen que lo ganamos en una rifa, pero la verdad nadie lo recuerda ciertamente.



Al estar de frente al Estralandia me llegó un pensamiento, fui muy afortunado al no tener esa caja de instrucciones, pues seguramente nunca hubiera podido viajar por el espacio. Tan solo imaginen un mundo sin instrucciones, nunca se sabe que encontrarás si te sales de la caja.

Que buena reflexión. Es muy oportuna para esta época de pandemia en la cual todos vamos por nuestras vidas “sin instrucciones”. Ojalá en un futuro cercano todos nos podamos sentir también “afortunados”.
Buen articulo, las mejores creaciones no vienen en las instrucciones
Tuve un juguete de la fábrica nacional de muñecos. Eran unos vaqueros muy detallados y grandes con ropa de tela y un caballo articulado hermoso. Quisiera tener información sobre esos juguetes si alguien lo sabe por favor.